Elegir bien el escote de una prenda puede parecer un simple detalle… pero cambia mucho cómo te ves (y cómo te sientes).

Aquí te contamos lo esencial sobre los dos cuellos más comunes para que sepas cuál resalta mejor tus rasgos y tu estilo.

Cuello redondo: sencillo y armónico

Es el más clásico y fácil de llevar. Su forma cerrada y curva suaviza las facciones, así que queda genial si tienes el rostro alargado o anguloso.

También funciona súper bien con estampados grandes o prendas con detalle en el pecho, porque no recarga visualmente.

Si eres delgada o tienes el cuello largo, este escote ayuda a dar más equilibrio y sensación de proporción sin perder ligereza.

Cuello en pico: tu aliado para estilizar

El escote en V alarga la figura, estiliza el cuello y afina el rostro.

Si tienes el cuello corto, el rostro redondeado o un busto más generoso, puede ser tu mejor amigo.

Tiene un punto más elegante, ideal para tejidos fluidos o un look más sofisticado.

¿Un truco? Acompáñalo con collares largos o cadenas finas para reforzar el efecto vertical.

¿Cuál elegir? Depende de ti

Si tienes pecho grande, el escote en pico puede ayudarte a aligerar visualmente. Si tienes poco busto o quieres destacar la parte superior, el cuello redondo con volantes o accesorios llamativos puede ser más favorecedor.

Pero, al final, no hay reglas estrictas. Prueba, mezcla, juega. Mira cómo te sientes tú al llevarlo. Porque lo más importante de cualquier look es que tú te veas bien… y te lo creas.